Los puntos fuertes de la pedagogía montessoriana y la escuela maternal moderna
Con relación a las leyes del desarrollo y el ambiente, Montessori explicó, por ejemplo, que la desobediencia es inherente a la falta de una actividad libre y espontánea, el capricho, la expresión exterior de necesidades insatisfechas.
De ahí que el responsable de la desobediencia sea el adulto que no sabe o no desea satisfacer las necesidades del niño.
Entre las innumerables necesidades que se manifiestan en la evolución infantil, para la psicología actual, la educación debe satisfacer desde el principio, las tres fundamentales: de afecto, de seguridad y de actividad, ésta sin pertenecer a algún periodo, se presentan durante toda la infancia.
Montessori subrayó la obligación de satisfacer la necesidad de seguridad y la de actividad.
En cuanto al paso de la Escuela Maternal a la Elemental, las investigaciones más importantes -realizadas en los Estados Unidos- demostraron que el valor educativo de la escuela maternal resulta limitado si se cambia de fundamentos, de dirección y de objetivos en la escuela elemental.
El objetivo del juego educativo no se centra en la ocupación del niño a toda costa debe despertar la curiosidad, la imaginación, la capacidad gestual y, sobre todo, llevarlo por el buen camino; ahora bien, aunque sufrieran alguna modificación, aquello que debe conservarse es el principio de los juegos sencillos, sólidos y adaptados al niño.
Para ella la educación debía adaptarse a las distintas etapas de la evolución: más sensorial en la primera infancia, más moral en la edad de la razón, más afectiva con el adolescente, de esta manera la pedagogía montessoriana se atiene a las diversas etapas del desarrollo.
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